El servicio acumula de forma cronológica todo el recorrido de un usuario por internet en el que esté involucrado algún servicio de la compañía (Google, Chrome, Android, Gmail, Google Maps…), y viendo la omnipresencia de la firma fundada por Sergey Brin y Larry Page, resulta prácticamente imposible eludir su rastro.
Sin embargo, el propio usuario es el que debe activar el servicio. Logrando dar su aprobación a que toda la información guardada por el buscador sea visible (únicamente por el propio usuario).
Es decir, que Google rastrea todo el devenir del usuario en sus servidores lo quiera o no, paraluego ofrecer este recorrido a quien lo desee a través de esta herramienta.
Un primer paseo por la información contenida en el servicio nos puede producir un escalofrío dado el detalle de toda nuestra actividad en la web: que si buscamos esta página, que si vimos ese vídeo en YouTube… ¿Cuánto conoce Google sobre nosotros? Mucho, muchísimo, y lo hace con causa: de esa manera puede ofrecer una publicidad segmentada y vender espacios publicitarios a los anunciantes con gran precisión.
Lo novedoso es que My Activity, permitirá al usuario ir borrando todo el rastro almacenado en los servicios para deshacer el contenido incómodo o comprometedor. Google no oculta nada y ofrece una elevada gama de herramientas para que sea el propio usuario quien determine qué se puede almacenar en sus servidores y qué no, llegando incluso a poder borrar todos los registros durante un año entero si así lo desea el propio usuario.
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